Sociedad positiva es un ideal de sociedad donde la prosperidad se mide en oportunidades creadas, en inclusión, educación, igualdad. Una sociedad “en positivo” que presenta un saldo favorable de bienestar para las personas que la forman.
Hablamos a menudo de impacto social positivo como aquellas acciones que atienden a las necesidades de un grupo, que empoderan a las personas y contribuyen de alguna manera a la mejora de las comunidades. Sociedad positiva es un concepto derivado de esa idea, una fórmula abreviada que encierra en su sentido el verdadero paradigma social al que aspirar.
Sociedad positiva es “sociedad en positivo”. Un propósito común impregnado de empatía y de responsabilidad ética que trata de construir una sociedad en superávit de bienestar.
Hablamos de Sociedad Positiva en dos sentidos profundamente entretejidos el uno con el otro:
Una sociedad beneficiada por el trabajo de quienes tratan de poner a las personas en el centro de sus objetivos.
Y a la vez, una sociedad que contribuye a dejar las cosas mejor de lo que están.
El paradigma de la sostenibilidad está obligado a incorporar la dimensión social de manera sistemática a sus objetivos. Es decir, evolucionar hacia un modelo centrado en las personas en el que los proyectos no solo protegen el entorno, sino que mejoran la vida de la gente que lo habita, añadiendo ese plus de bienestar que construye una sociedad positiva.
Desde que Naciones Unidas publicara en 1987 el Informe Brundtland, el mundo ha ido tomando conciencia del impacto que generamos en el planeta con nuestras acciones. Este documento, titulado originariamente como “Nuestro futuro común”, hablaba por primera vez del “desarrollo sostenible” y de la necesidad de practicar un progreso que no comprometiera las posibilidades de las futuras generaciones.
La idea de sostenibilidad, amenazada no solo por la explotación de los recursos, sino también por el calentamiento global, ha cobrado durante mucho tiempo un cariz necesariamente medioambiental. Acuciados por las urgencias climáticas, empresas gobiernos y sociedad civil han conseguido grandes logros en esta dirección.
Sin embargo, la sostenibilidad no se reduce a proteger el medioambiente, sino el ecosistema completo. Y no basta con respetar o evitar daños con nuestras acciones, es preciso provocar un impacto positivo, regenerar, sumar para dejar las cosas mejor de lo que estaban.
Este “excedente” de bienestar social con el que definimos Sociedad Positiva puede manifestarse de diversas maneras, como en la mejora de la calidad de vida, la reducción de las desigualdades, la promoción de la educación y la cultura y la regeneración de los entornos. Todas ellas sostenidas por ciertos principios y valores.
¿Cuál es el verdadero impacto de las energías renovables más allá de la descarbonización? Los datos hablan de desarrollo socioeconómico y turismo sostenible, entre otros beneficios.
Desde la revitalización de tierras áridas en Australia o España, hasta la replantación de los corales de Colombia, hoy hablamos de acciones sostenibles locales que mejoran el planeta.
La caza de tiburones tiene consecuencias ecológicas devastadoras. Conoce cómo el proyecto ORGCAS está terminando con esta práctica con una fantástica idea de emprendimiento local.
Las empresas, en particular, juegan un papel crucial en la generación de una Sociedad Positiva. A través de prácticas conscientes y responsables pueden contribuir al desarrollo de un planeta más equitativo. Pero, además, tienen la oportunidad de sumar, con cada proyecto que acometen, un plus de riqueza tangible e intangible más allá de los valores financieros y de los objetivos implícitos en su actividad empresarial.
Cuando los propósitos de las compañías se orientan en esta dirección, son capaces de originar estándares y modelos que otros pueden seguir, propagando un efecto multiplicador del impacto positivo y abriendo caminos hacia una sociedad más justa y equitativa.
ACCIONA lleva en su ADN el compromiso por asumir retos que reporten beneficios mucho más allá de lo empresarial, por hacer negocios de una manera unusual. Y también la vocación de constituirse, desde su actividad económica, en un referente movilizador de cambios sociales y estructurales que redunden no solo en el cuidado del planeta, sino en el bienestar de las personas que lo habitamos.
Desde sus áreas de negocio garantiza energía limpia, acceso al agua y su gestión sostenible, o infraestructuras regenerativas que responden a algunos de los principales desafíos a los que la sociedad se enfrenta.
Pero, además, ACCIONA participa en la construcción de una Sociedad Positiva no solo con toda su actividad empresarial, sino con multitud de iniciativas asociadas a cada proyecto que tratan de generar un valor añadido en educación, creación de empleo, impulso a sectores empresariales específicos o la inclusión de las mujeres en el mercado laboral.
Esta filosofía empresarial, esta Sociedad Positiva comienza por las propias personas que conforman ACCIONA, se extiende a todas las comunidades en las que opera y se proyecta a la sociedad como un propósito de impacto positivo global.
Las personas de ACCIONA son uno de los fundamentos que definen y, a la vez, construyen una Sociedad Positiva. People por a better planet, personas que contribuyen con su trabajo a mejorar el entorno en el que operan y las comunidades que lo habitan. Estas son las historias singulares e inspiradoras de algunas de ellas.
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En Queensland, Australia, está en marcha la construcción de uno de los parques eólicos más grandes del hemisferio sur y el más grande de ACCIONA a escala mundial. Proteger la flora y fauna nativa es una actividad fundamental de este proyecto. Lee más para descubrir cómo lo logramos.
¿Cómo es posible que un pueblo de 170 personas esté experimentando un aumento de la población sin precedentes? Una nueva generación de visionarios, de lugareños que no se han rendido, y el apoyo de los aerogeneradores que ACCIONA Energía ha instalado en los montes de la zona, explican esa transformación.
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La fundación de ACCIONA, acciona.org, es otro de los grandes activos de la compañía empleados en dejar un legado positivo en los países en los que opera. La fundación suministra acceso a servicios básicos, como electricidad o saneamiento seguro, a personas en situación vulnerable, y, a la vez, favorece con su trabajo a la creación de oportunidades de futuro para ellas.