- Creación audiovisual: En 40 minutos, mediante el uso de las más avanzadas tecnologías audiovisuales, el artista contemporáneo da vida a la famosa vivienda de Goya
- Edificio Villanueva: Producida por ACCIONA Cultura, se podrá visitar hasta el próximo 3 de septiembre
- ‘Pinturas Negras’: Los originales podrán contemplarse en una sala contigua a la instalación
Las salas 64-65 del edificio Villanueva acogerán hasta el próximo 3 de septiembre de 2022 la obra audiovisual La Quinta del Sordo, creada por Philippe Parreno con la producción de ACCIONA Cultura y la colaboración de la Fundación Beyeler.
Esta obra de videoarte emplea tanto imágenes como efectos sonoros y música para recrear el espacio físico y el ambiente de la Quinta del Sordo, lugar en el que Goya pintó entre 1823 y 1825 sus emblemáticas Pinturas Negras.
La proyección está concebida como una experiencia inmersiva en la que la pantalla, a modo de fuego de hoguera, concita a los espectadores, sentados en semicírculo.
Como preludio de cada proyección los espectadores pueden disfrutar de la música en directo de un violonchelista que interpreta una composición original de J. M. Artero.
Sin embargo, el resto de efectos sonoros de la proyección se disfrutarán a través de unos auriculares que se entregan a cada visitante. De esta manera, el artista refuerza la sensación de inmersión en el mundo de Goya, con sonidos desdibujados en los que se funde realidad y mundo onírico y mitológico.
Para llevar a cabo este proyecto, Parreno utilizó cámaras ultrarrápidas (500.000 fotogramas por segundo) para grabar las pinturas. Además, el artista reconstruyó la casa y el jardín en tres dimensiones para reproducir la acústica original del lugar.
El artista colaboró con el internacionalmente famoso director de fotografía Darius Khondji, la montadora Ael Dallier Vega y el diseñador de sonido y ganador de un Óscar Nicolas Becker, con Lexx, un productor musical, ingeniero y coinventor y cofundador de Bronze, una nueva plataforma y formato de música generativa e inteligencia artificial.
La Quinta del Sordo se proyectará de lunes a sábado a las 10:0, 12:30, 14:15, 16:45 y 18:30 h., y domingos y festivos 10:30, 12:30, 14:30 y 17:00 h.
La obra fue creada originalmente para su exhibición en la Fundación Beyeler (Basilea, Suiza) para acompañar a la gran exposición que dedicó la institución suiza a Goya el pasado año. Ahora, a la experiencia audiovisual se suma la posibilidad de la contemplación directa de los originales de las Pinturas Negras de Goya, que el Museo del Prado exhibe en la sala contigua (sala 67).
ACCIONA Cultura, que es la mayor empresa museística de Europa, ha sido la responsable del desarrollo técnico e implantación de la proyección, aportando tecnología audiovisual de última generación para maximizar la experiencia inmersiva.
La compañía es líder en el desarrollo de proyectos destinados a poner en valor la cultura, el arte y el patrimonio mediante la creación de narrativas atractivas apoyadas en tecnologías innovadoras, dentro del concepto de “ingeniería cultural”.
En esta línea, ACCIONA Cultura ya ha colaborado con el Museo Nacional del Prado en anteriores ocasiones, como con el diseño y ejecución del espectáculo de mapping con el que el Museo clausuró la celebración su bicentenario.
‘PINTURAS NEGRAS’
Estas pinturas murales al óleo ocuparon dos habitaciones de la llamada Quinta del Sordo, casa en las afueras de Madrid que Goya había comprado en 1819. Su título moderno se debe al uso de pigmentos oscuros y negros, y a lo sombrío de los asuntos representados. Su interpretación es aún enigmática, a pesar de las explicaciones que han propuesto historiadores del arte y de la literatura, escritores e incluso psicólogos.
Antes de su marcha a Francia, Goya legó en 1823 la quinta a su nieto, Mariano, quien la vendió diez años después a su padre, Javier. Este encargaría al pintor Antonio de Brugada –que compartió exilio con Goya en Burdeos, de donde volvió a España en 1834- un inventario de la vivienda, en el que quedaron registradas las pinturas. Muerto Javier Goya, la casa tuvo varios propietarios: 1859 la compró Segundo Colmenares, en 1863 pasó a Émile d’Erlanger, banquero de París que ordenó trasladar los murales a lienzo al pintor y restaurador Salvador Martínez Cubells. Las obras fueron arrancadas del muro mediante la técnica del strappo y a continuación se recortaron y retocaron extensamente las numerosas zonas perdidas. Fueron mostradas en la Exposición Universal de París de 1878 y en 1881 d’Erlanger las donó al Prado, donde se exponen desde 1889.